Quieres ser feliz. Quieres estar bien y disfrutar de la vida.
Si lo quieres, es porque no lo eres, porque crees que podrías estar mejor.
Y si crees que podrías estar mejor es porque estás creyendo que alguna cosa debería ser distinta de lo que es para que tú seas feliz.
Creemos muchas cosas que nos hacen infelices sin darnos cuenta. Una de las cosas que provocan más sufrimiento es creer que necesitas a alguien a tu lado para estar mejor.
¿Porqué? Porque te estás rechazando a ti. Porque ésa creencia implica que tú no eres suficiente para estar feliz contigo mismo. Y eso es muy doloroso.
La ironía es que después quieres que esa otra persona obre magia y te haga creer que ya eres lo suficientemente bueno. Pero si no te lo crees tú, no importa quién lo crea fuera. Aunque te lo dijeran, en tu fuero interno no te lo podrías creer. Porque tú no lo crees. Y esto genera todo tipo de comportamientos basados en el miedo que sólo te hacen sufrir.
Por otro lado, si en algún lugar dentro de ti crees que tú no eres suficiente para ser feliz, si crees que estarías mejor con alguien a tu lado ¿Qué actitudes y comportamientos genera? ¿Cómo te muestras a los demás? ¿Qué expectativas pones sobre los demás? ¿Qué energía y vibración transmites?
Y lo más crucial ¿Cómo te haces sentir a ti mismo?
Las creencias más profundas y los pensamientos que generan no se eliminan simplemente decidiendo que ya no lo crees. Ni siquiera buscando ejemplos de cómo eso no es verdad – ya que si está enraizada buscarás explicaciones para contrarrestar los ejemplos. La mente es muy hábil y necesita proteger lo que cree que te protege a ti. Por mucho que se equivoque.
La solución, como siempre, está a un nivel distinto del nivel en el que se creó el problema. No se trata de creer que sí que eres lo suficientemente buena. Se trata de darte cuenta de que eso es absolutamente irrelevante. Se trata de darte cuenta de que tu eres otra cosa, completamente por encima (o más allá) del concepto de suficiente o no. Desde este lugar, la mera idea de “no soy suficiente” es francamente divertida y lo único que genera es amor, cariño y compasión hacia esta parte de ti que se lo cree.
Como otras veces, os refiero al trabajo de Byron Katie para encontrar ese lugar, esa paz. Para encontrarte a ti mismo.
O si quieres, yo te echo una mano.
Por tu auténtica expresión,
Marta